miércoles, 8 de junio de 2016

El kitsch




Este es, sin duda, uno de los mejores ensayos que se hayan escrito nunca sobre el fenómeno del kitsch, un estado de ánimo que se materializa en los objetos: el antiarte, la mediocridad ilimitada orgullosa de sí misma. Concepto universal y a la vez familiar, corresponde a una época de la génesis estética, a un estilo elaborado a partir de la ausencia de estilo, a un no va más del progreso. Se trata, pues, de un fenómeno social permanente, de gran envergadura, pero también de un fenómeno latente en la conciencia: por ello, habrá que revelarlo, como si fuera la imagen de una película fotográfica. Abraham Moles, director del instituto de Psicología Social de la Universidad de Estrasburgo, analiza este fenómeno con total minuciosidad: su omnipotencia en las llamadas sociedades de la abundancia, su capacidad para abarcarlo todo el arte religioso, la decoración, la música, la literatura¿, su papel en la vida cotidiana, su relación con la crisis del funcionalismo y con la alienación social, y, para terminar, su plasmación en objetos concretos como el gadget. Todo ello acaba formando un conglomerado que contempla el kitsch como una nueva forma del arte de masas, uno de los aspectos más importantes de la relación entre el ser y su entorno.


Tatarkiewicz, W.


Historia de seis ideas: arte, belleza, forma, creatividad, mimesis, experiencia estética.


La estética de Tatarkiewicz es de tipo histórico-filosófico, analítico y no normativo, liberal, pluralista, antiformalista, y rechaza soluciones extremas. La mejor denominación que podría aplicársele sería la de "la estética del término medio". Sus méritos principales son una excelente semántica y un análisis de los problemas, profundas interpretaciones, revisiones históricas, clasificaciones precisas de las posturas y conceptos que han sido discutidos. La moderación ?una característica típica de su estética?, el cuidado en expresar opiniones y juicios precisos, y formular su propia concepción son quizás el resultado de la enorme erudición histórica de su autor. Los elementos del conocimiento indican la conciencia de una extraordinaria complejidad de problemas que son el núcleo de la estética, y la conciencia de la futilidad de todas las concepciones extremas y monistas hasta ahora existente, que, aunque unilaterales, contienen, sin embargo, un germen de verdad.



viernes, 3 de junio de 2016

Wiliam Shakespeare

En torno a 1860, al tiempo que culminaba su obra Los miserables. A esas alturas del siglo XIX, la obra del que hoy es considerado el autor dramático más grande de todos los tiempos era ignorada por la mayoría y despreciada por los exquisitos. Las palabras del patriarca francés cayeron como una maza sobre las conciencias patrióticas inglesas; decenas de monumentos a Shakespeare fueron erigidos inmediatamente.
En la actualidad, el volumen de sus obras completas es tan indispensable como la Biblia en los hogares anglosajones; HamletOtelo o Macbeth se han convertido en símbolos y su autor es un clásico sobre el que corren ríos de tinta. A pesar de ello, William Shakespeare sigue siendo, como hombre, una incógnita.
Shakespeare tuvo siempre obras en escena, pero nunca aburrió. Entre 1600 y 1610 no dejó de estar en el candelero con sus príncipes impelidos a acometer lo imposible, sus monarcas de ampuloso discurso, sus cortesanos vengativos y lúgubres, sus tipos cuerdos que se fingen locos y sus tipos locos que pretenden llegar a lo más negro de su locura, sus hadas y geniecillos vivaces, sus bufones, sus monstruos, sus usureros y sus perfectos estúpidos. 
Esta pléyade de criaturas capaces de abarrotar cielo e infierno le llenaron la bolsa.


Sensibilización y lenguajes artísticos

Entendemos por lenguaje artístico aquél que utiliza un medio específico para expresar y representar ideas y sentimientos estéticos.

           Las artes plásticas utilizan un lenguaje 

                           esencialmente visual. 


El arte se expresa por medio de la armoniosa combinación de los elementos que representan a la imagen: formas, colores y espacios, en el caso del dibujo y la pintura; el volumen, en la escultura y arquitectura.
Las imágenes tienen múltiples posibilidades en la comunicación. Según Gombrich, la lectura correcta de la imagen se rige por tres variables: el código, el texto y el contexto. El código facilita y permite la interpretación; el texto es el relato, se refiere al contenido mismo de la obra; y el contexto es la historia, el entorno y las características que complementan el lenguaje a través de las imágenes.

En el lenguaje del arte hay tres niveles de percepción: uno en que se capta la atención, se puede describir e informar sobre la obra. Otro en el que hay una observación reflexiva: se establecen analogías. El tercer nivel es en el que hay una contemplación de la obra: el observador logra entablar un diálogo con el artista. En la contemplación se ve la obra con los ojos pero se la entiende con la mente. Se la reconoce y analiza y se establece una relación directa y profunda entre el artista y quien la observa.

El arte es producido por la inteligencia humana. Mediante el lenguaje del arte el hombre expresa ideas, creencias, vivencias, interpreta el ámbito que lo rodea y crea un lenguaje artístico universal. Las imágenes, como signos icónicos, la plástica, pueden ser interpretadas en todo el mundo, lo importante son los fundamentos de esta interpretación.


jueves, 2 de junio de 2016

Anonymous: ¿Shakespeare un mito?

Anonymous (Anónimo o Anónimos en inglés) es una película pseudohistórica estrenada en el Festival Internacional de Cine de Toronto el 11 de septiembre de 2011. Dirigida por Roland Emmerich y escrita por John Orloff, la película es una versión ficticia de la vida de Edward de Vere, XVII Conde de Oxford, un noble isabelinodramaturgopoeta y mecenas de las Artes, al que se muestra como auténtico autor de las obras de Shakespeare. Con Rhys Ifans (de Vere) y Vanessa Redgrave (reina Isabel I de Inglaterra), Anonymous utiliza efectos especiales generados por ordenador para recrear los exteriores del antiguo Londres entre 1550 y 1604.




El reinado de Isabel I de Inglaterra es un período convulso en la política interior-exterior inglesa con la rebelión del Conde de Essex para hacerse con el trono y la guerra anglo-española. En este escenario surge la figura de Edward de Vere, Conde de Oxford, poeta y autor teatral de renombre, miembro de la Corte y director de varias compañías escénicas. En la película, este insigne mecenas es el verdadero creador de la obra universal que se le atribuye a William Shakespeare.



Amadeus

Amadeus es una película estadounidense categorizada como una película de culto en el estilo cine de época del año 1984, dirigida por Miloš Forman, vagamente basada en la vida de los compositores Antonio Salieri y Wolfgang Amadeus Mozart. El guion de la película, escrito por Peter Shaffer, es una adaptación de su propia obra de teatro Amadeus. Hay que aclarar que la supuesta rivalidad Mozart-Salieri es un recurso literario, trasladado al guion cinematográfico, sin ningún fundamento histórico.






La película cuenta la vida de Mozart narrada por su rival, Antonio Salieri (F. Murray Abraham). Comienza cuando el ya anciano Salieri intenta suicidarse mientras grita que fue él quien asesinó a Mozart. Sus criados, tras derribar por la fuerza la puerta tras la cual Salieri se intentaba suicidar, lo llevan a un manicomio en donde, ante la gran posibilidad de que vuelva a intentar suicidarse, se decide llamar a un sacerdote, llamado Vogler. El padre Vogler pronuncia una frase conocida y usada hasta hoy por los religiosos: «Todos los hombres son iguales ante los ojos de Dios», la cual resulta indignante para los oídos de Salieri, quien responde sarcástico: «¿Lo son...?». Salieri decide, a raíz de esta frase, contarle su historia. Salieri, de adolescente, había hecho un pacto con Dios, a quien le entregaría su castidad y laboriosidad a cambio de hacerlo un músico tan famoso y brillante como Mozart, que era su ídolo.

Amadeus fue inicialmente una obra teatral escrita por el dramaturgo británico Peter Shaffer en 1979. Fue estrenada en Londres, con Paul Scofield como Salieri y Simon Callowcomo Mozart.
Ian Mckellen ganó el premio Tony como Salieri y Tim Curry fue candidato en 1980 como Mozart. En el año 2000 la obra fue repuesta, siendo nominado el actor David Suchetcomo mejor actor.
En 1981, Miloš Forman asistió desencantado a la puesta en escena de Amadeus en Broadway. Forman odiaba las películas y obras biográficas de músicos (las hallaba terriblemente aburridas). Sin embargo y tras presenciar el primer acto, Forman se acercó a un nervioso Peter Shaffer (quien conocía la trayectoria de Forman y sabía que él se encontraba en la función) y emocionado, Forman le comentó: Si el segundo acto es tan bueno como el primero, haré la película. El resto, es historia. Tanto Peter Shaffer como Miloš Forman trabajaron en conjunto durante cuatro exhaustivos meses en 1982, en la redacción del guión, aunque los créditos finalmente reconocen sólo a Shaffer.
El libreto teatral difiere en dos aspectos muy importantes para la película:
  • Salieri habla al público y no a un sacerdote cuando narra su historia, y
  • La ausencia de música.
Miloš Forman descubrió acertadamente mientras trabajaba el guion con Shaffer, que la versión cinematográfica contaba ahora con un tercer personaje: la música de Wolgang Amadeus Mozart. El teatro, por su naturaleza escénica, es limitado; el cine no, de manera que Amadeus ofrecía en su versión cinematográfica una gran oportunidad de ser dimensionada más ampliamente en el terreno visual y sonoro. Así, Forman sugirió a Shaffer extender el guión, mostrando ahora escenas completas de las óperas y música de Mozart, para que éstas ilustraran y ahondaran aún más la intrincada trama, dando por resultado a una película con un guion sólido en texto y efectivo como espectáculo cinematográfico.

Aquí la obra que según el filme Salieri mandó a Mozart componer para su propio funeral:


jueves, 28 de abril de 2016

"La Sal de la Tierra": un filme sobre la vida

Recuerdo aquella ocasión que escuché por primera vez la frase "la sal de la tierra", fue en una reunión de estudio bíblico. En el mundo moderno y en el antiguo la sal es elemental para cualquiera alimento que se consume, le da sabor y la preserva de la descomposición. Para Sebastiao Salgado, el hombre es "la sal de la tierra". No estoy totalmente convencido de la parte en que la sal sirve para la preservación, pero definitivamente que la multiculturalidad del ser humano le da "sabor" a este mundo. Algunas veces dulce y exquisito y otras amargo y ácido.




El filme "La sal de la tierra", presenta la historia de Sebastiao Salgado, reconocido mundialmente como de los mejores fotógrafos sociales. Aunque si prestamos un poco de atención, el filme, más que de la vida de hombre y su trabajo fotográfico, habla de la vida de toda la humanidad, y un punto, de la  vida en la tierra.

Sebastiao Salgado, Trabajadores en la Mina de Oro de Serra Pelada, Brasil.


Si eres de los que como yo, vive el día de hoy con suficiente comida, techo, vestimenta, trabajo, internet, y viajes, hay algo que deberías saber. Lo más interesante es que no entenderás nada de lo que yo te diga hasta que puedas ver y sentir el trabajo de Salgado.

El mundo es fascinante. Pero también está lleno de profundo dolor. La violencia es el pan diario de muchos que como tú y yo, también aman. O bien, no hay pan.







La gente tiene que estar en constante movimiento, ya sea buscando una vida o huyendo de otra.






La sal de la tierra es aquello que le da sabor a nuestras vidas, independientemente del tipo de sabor. La vida, es más compleja y diversa de lo que creemos. La biodiversidad no sólo es propia de la fauna y flora. Los humanos, somos biodiversidad, ecosistemas.

El mundo está en crisis y la pregunta es; ¿qué estamos haciendo aquí en la infinita comodidad?